En los últimos años, la búsqueda de soluciones naturales para el estrés y la ansiedad en mascotas llevó a un crecimiento sostenido de los productos de aromaterapia y estimulación sensorial. Aceites esenciales aptos para animales, difusores ambientales y sprays calmantes están apareciendo con fuerza en pet shops que buscan ofrecer alternativas más suaves y menos invasivas para el manejo del comportamiento.

La clave está en el olfato: tanto perros como gatos perciben el mundo principalmente por los aromas, y ciertos compuestos —como lavanda, manzanilla o valeriana— tienen efectos comprobados de relajación en ambientes donde hay mucho estímulo, ruido o cambios constantes.

Para los pet shops, esta categoría representa una oportunidad clara: no solo por su diferencial (pocos locales la exploran con profundidad), sino por el interés creciente de los tutores que buscan prevenir antes que medicar. Los productos más vendidos suelen ser los difusores para el hogar, los sprays para la cama o el auto, y los collares impregnados con feromonas naturales.

Sugerir esta clase de soluciones en combinación con camas, espacios de descanso o productos de viaje puede generar nuevas ventas cruzadas y posicionar al local como un espacio de bienestar integral para mascotas.

Ofrecer bienestar no es solo una tendencia —es una forma de diferenciarse.