Buenas! Esta situación puede ser causada por cierta Agresividad Irritativa o porque el animal malinterpreta tus intensiones al acercarte o al interactuar con él.

Si bien lo ideal sería establecer un diagnóstico profesional veterinario, a través de una consulta sincrónica, podés comenzar con algunas recomendaciones:

Acostumbramiento al cepillado:

• Lo invito a venir a mí amablemente (agachados, con palabras cariñosas) y si responde de manera tranquila lo felicito con elogios y premios.
• Sólo si se calma el animal, interactúo con él.
• Si gruñe, muestra los dientes o se pone bravo digo: “NO“, usando las siguientes recomendaciones:
  • De manera firme y en el momento (sin acercarme o hacer movimientos bruscos).
  • Dejo de interactuar (hasta que se calme)
• Cuido lenguaje corporal y asocio nuestra presencia a cosas agradables, mantengo distancia (dejo que el animal se acerque, al sentirse seguro), movimientos de brazos (lentos y desde abajo hacia arriba).
• También puedo probar con elementos como juguetes embadurnados con comida (tipo Lickymat) y expongo el animal al cepillo y nuestras caricias, para ver si de esa manera se relaja, durante un corto período de práctica (10-15 minutos/ 1-2 veces por día, máximo).
• Comienzo con estímulos leves y solo cepillo las zonas más toleradas (en general son el lomo y el lateral del tórax). Sí se pone nervioso, detengo el estímulo inmediatamente.
• Luego de cada 3-4 sesiones de prácticas exitosas (el animal sigue comiendo, no reacciona de forma exagerada) recién busco aumentar la intensidad del estímulo (otra zona del cuerpo, mayor intensidad en el cepillado).

Si observas que la situación no se resuelve con estas recomendaciones básicas es porque es indispensable una consulta veterinaria personalizada y sincrónica. 

Saludos y muchas gracias por el mensaje!